SWEENEY TODD
Desde Ed wood parece que el bueno de Tim no ha encontrado un ayudante de dirección que le diga como dirigir un película haciendo los énfasis dramáticos en los lugares apropiados, sin hacer decaer su ritmo en cada bobina. Y es que Sweeney todd es un autentico tostón. Lo peor de todo es que la cinta lo tiene todo para ser una genialidad del cine de horror adulto. Un diseño de producción apabullante(no es difícil con los 55 millones que han gastado),referencias desde Bava, la Hammer(ese color de la sangre!),los clásicos proscritos de la Universal ... la mala leche del musical original...en definitiva : todo. Pero no...Burton prefiere hacer de uno de sus musicales favoritos un curioso compendio de sus vicios más característicos, sus obsesiones más trilladas...su discurso hueco que sin duda hará las delicias de todas las góticas de cerebro predispuesto a ese discurso. Es decir, una colección de planos por que sí, secuencias aquí y allá perfectas para que Hottopic haga el agosto con pañales talla xl para Emos con padres separados. Si uno obvia la innegable inutilidad de los actores principales para meterse en los papeles requeridos, tardará poco en darse cuenta de lo bochornoso que resulta escuchar un musical con semejantes “tenores”.Johnny-no-soy-capaz-de-no poner-caritas-ni haciendo-de-malvado-Deep es incapaz de darle un mínimo de solidez a su voz, que resuella versos sin potencia, ni gracia ,ni poder. No se queda atrás la mujercita del director, que sí, que está muy mona en su octava reinterpretación de la novia de frankstein de Brannagh, pero resulta casi lastimoso verla intentar llegar a los tonos de las piezas del musical. Mejor no hablar del anodino e inane pretendiente de johanna...por favor, no me hagan rememorar sus espectaculares saltos a escena. No estaría mal que entre algún miembro del casting alguien supiera cantar ,por que para ser un musical ,aquí lo único que canta son los efectos por ordenador del 80% de la película. La falta de equilibrio y dirección de las últimas películas de Burton hacen preguntarse como engendros como este optan a premios, reciben críticas sobresalientes y hacen que el “mito” siga en pie. Tim Burton no es un director. Es un esteta, un amago de autor con un innegable lenguaje artístico y unos axiomas plásticos reconocibles pero que ni siquiera él a inventado. No hay nada malo en ello, pero cuando pasan 15 minutos de una de sus películas el fastuoso diseño de producción, la fotografía preciosista y los “gags” macabros han sido más que asimilados y digeridos por el espectador con un coeficiente intelectual mayor que el de paquirrin. Después uno queda absorto ante la danza de el tedio y el aburrimiento. No sólo vale el aspecto y las referencias para hacer avanzar un relato. Ni siquiera el gore de Grand gignol, ni los a veces ingeniosos ripios de las canciones originales pueden vencer la descompensación entre escenas cantadas y habladas ,ni tampoco la alarmante arbitrariedad estructural, ese “me salto por los cojones” el concepto de acto que hace avanzar un relato con interés.En resumidas cuentas, otra pieza de culto del director mainstream más venerado por los que necesitan su pequeña racioncita de oscuridad, pasto de nescientes que nunca conocerán Operazione Paura o El más allá, que nunca se han parado a degustar una cinta de Terence Fisher. Vamos, que un Bodrio.
(REVIEW)
Tim Burton.Tim...Burton.Si Tim Burton.¿verdad que con solo oir ese nombre, uno ya lo asocia incoscientemente a una película que resulta innegablemente diferente, atractiva, oscura...unas sílabas cuya dicción generan una inmediata sensación de genialidad. Cuando uno ve una película de Tim Burton con el objeto de afrontar su nueva obra con un ojo crítico, siente que su opinión nada podrá aportar a la masa de aficionados a sus anteriores maravillas. Es como intentar escribir una vez más que es un director “sobrevalorado” sin caer en la posición rancia del alumno listillo de la clase, del renegado que intenta convencer al mundo de que todos están equivocados. En definitiva, de parecer el entendidillo a contracorriente, incomprendido y inequívocamente frustrado por que los pimpollos veneran al maestro Burton y el no comulga con esa iglesia de la cienciologia siniestroide. Ni siquiera reconocen,Oh!..no reconocen..ni un punto débil al señor de lo oscuro. Ni siquiera saben ,mientras planchan su camiseta de pesadilla antes de navidad, mientras se ponen su bolso de pesadilla antes de navidad, mientras dicen adiós a su muñeco de tamaño real de jack skeleton de su dormitorio, que el ni dirigió, ni guionizó Pesadilla antes de navidad.El amargado infeliz está solo ante la evidencia de su propio carácter agrio y antisocial. Dicho esto digamos ahora con la boca ancha y los pulmones hinchados que Sweeney todd es una pésima película solo apta para enfermos terminales de este creativo de disney que aun no ha aprendido ha hacer un plano contra plano o dirigir más de 20 minutos seguidos sin hacer perder el interés en mil puntos de fuga.
Desde Ed wood parece que el bueno de Tim no ha encontrado un ayudante de dirección que le diga como dirigir un película haciendo los énfasis dramáticos en los lugares apropiados, sin hacer decaer su ritmo en cada bobina. Y es que Sweeney todd es un autentico tostón. Lo peor de todo es que la cinta lo tiene todo para ser una genialidad del cine de horror adulto. Un diseño de producción apabullante(no es difícil con los 55 millones que han gastado),referencias desde Bava, la Hammer(ese color de la sangre!),los clásicos proscritos de la Universal ... la mala leche del musical original...en definitiva : todo. Pero no...Burton prefiere hacer de uno de sus musicales favoritos un curioso compendio de sus vicios más característicos, sus obsesiones más trilladas...su discurso hueco que sin duda hará las delicias de todas las góticas de cerebro predispuesto a ese discurso. Es decir, una colección de planos por que sí, secuencias aquí y allá perfectas para que Hottopic haga el agosto con pañales talla xl para Emos con padres separados. Si uno obvia la innegable inutilidad de los actores principales para meterse en los papeles requeridos, tardará poco en darse cuenta de lo bochornoso que resulta escuchar un musical con semejantes “tenores”.Johnny-no-soy-capaz-de-no poner-caritas-ni haciendo-de-malvado-Deep es incapaz de darle un mínimo de solidez a su voz, que resuella versos sin potencia, ni gracia ,ni poder. No se queda atrás la mujercita del director, que sí, que está muy mona en su octava reinterpretación de la novia de frankstein de Brannagh, pero resulta casi lastimoso verla intentar llegar a los tonos de las piezas del musical. Mejor no hablar del anodino e inane pretendiente de johanna...por favor, no me hagan rememorar sus espectaculares saltos a escena. No estaría mal que entre algún miembro del casting alguien supiera cantar ,por que para ser un musical ,aquí lo único que canta son los efectos por ordenador del 80% de la película. La falta de equilibrio y dirección de las últimas películas de Burton hacen preguntarse como engendros como este optan a premios, reciben críticas sobresalientes y hacen que el “mito” siga en pie. Tim Burton no es un director. Es un esteta, un amago de autor con un innegable lenguaje artístico y unos axiomas plásticos reconocibles pero que ni siquiera él a inventado. No hay nada malo en ello, pero cuando pasan 15 minutos de una de sus películas el fastuoso diseño de producción, la fotografía preciosista y los “gags” macabros han sido más que asimilados y digeridos por el espectador con un coeficiente intelectual mayor que el de paquirrin. Después uno queda absorto ante la danza de el tedio y el aburrimiento. No sólo vale el aspecto y las referencias para hacer avanzar un relato. Ni siquiera el gore de Grand gignol, ni los a veces ingeniosos ripios de las canciones originales pueden vencer la descompensación entre escenas cantadas y habladas ,ni tampoco la alarmante arbitrariedad estructural, ese “me salto por los cojones” el concepto de acto que hace avanzar un relato con interés.En resumidas cuentas, otra pieza de culto del director mainstream más venerado por los que necesitan su pequeña racioncita de oscuridad, pasto de nescientes que nunca conocerán Operazione Paura o El más allá, que nunca se han parado a degustar una cinta de Terence Fisher. Vamos, que un Bodrio.