17 octubre 2009

CARRIERS(INFECTADOS)
REVIEW
En plena eclosión de la gripe A vivimos una auténtica pandemia de infectados, zombis, contagiados y otras variantes que copan las pantallas como única alternativa original a los constantes remakes de películas de género. La década que agoniza se confirmará como la era del “Horror Vírico”, y conforme proliferan las muestras de este género, el escenario donde tiene lugar sus historias se muestra más post-apocalíptico. El monstruo de esta década, como en los ochenta, vuelve a ser el muerto viviente, pero en su versión de ser enfermo, como medio de transmisión de la peste. Infectados deja de lado al zombi para crear un monstruo de la misma familia: el portador. Su característica principal es que no presenta un peligro de forma directa, sino que es el medio, la vía que permite que la muerte se propague. Lo más peligroso de estos Infectados es su capacidad de crear sentimientos de compasión en la persona sana y su facilidad para contaminar a otros seres humanos. La película de los hermanos Pastor intenta explotar las implicaciones dramáticas del contagio a través de las relaciones personales de los supervivientes y sus reacciones ante la infección de un ser querido. El peligro crea ciertas reglas para sobrevivir, y el guión se centra en seguir como éstas se cumplen o se obvian según las situaciones. En realidad es una road movie poco accidentada que acaba resultando un viaje demasiado plano, ya que, pese a la eficacia de algunos actores, nunca logramos implicarnos con esos personajes tan lejanos y algo prefabricados. Esto, junto a una iluminación y empaque muy del gusto de Hollywood, la convierte en un extraño híbrido que no acaba de encontrar su foco.
Infectados es una versión seria de Cabin Fever (2002) o The Ruins (2008), cambiando sus emplazamientos por una autopista, y La carretera (2007) es una versión seria de esta misma película, que sugiere que los hermanos Pastor leyeron la novela de McCarthy, publicada en 2006, antes de comenzar el guión. Falta de originalidad aparte, la película está bien facturada, quizás el look americano enmascara aún más esa tendencia al drama que no ayuda a definir los sustos baratos como sombras que cruzan el plano a toda velocidad. Un viejo truco incomprensible si hablamos de unos portadores sin ánimos homicidas. Pequeñas incongruencias aparte, el resultado final es una película con buenas intenciones pero que resulta perjudicada por un enfoque un tanto equivocado al tema que no sabe definirse entre el drama y la pura película de género, cuyos personajes parecen salidos de una serie juvenil y no poseen la profundidad que los autores pretenden hacer parecer.